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El Haití que conocí

El Haití que conocí

Era un día de octubre de mil 999 y en el hospital de Jeremy al sur de Haití varios nativos se congregaban ante la amplia puerta de la instalación hospitalaria para ver a una paciente que con dos gramos de hemoglobina y en estado crítico era cargada por sus familiares que solicitaban a todas voces los auxilios de los médicos cubanos, ni corta ni perezosa la doctora Idania Rodríguez, colaboradora cubana de la provincia de Santiago de Cuba acudió al llamado, minutos después vimos extender su brazo en una pequeña salita para de forma directa donar su sangre a aquella paciente que acababa de conocer y que luego supimos, había sobrevivido.

Hechos como este no fueron aislados en los 9 departamentos que tuvimos la posibilidad de visitar como parte de nuestra misión periodística en el hermano país afectado en 1998 por el Huracán George y que ahora vienen a mi mente con este desastre sin igual que vive este país del Caribe y que como en aquella ocasión nuestros médicos dan muestra de su formación como embajadores de la salud y la paz.

El Haití que conocí tenía pobreza, insatisfacciones, pero sus residentes llevaban muy adentro y con dignidad el ser el primer país que logró una revolución social en nuestro hemisferio, el apego a sus tradiciones culinarias, musicales y la forma de actuar propias de la sociedad Francesa.

Fue común en aquellos días escuchar muestras de agradecimiento por la colaboración brindada por Cuba en la pesca, la educación y especialmente en la salud, mi dialogo en mi poco conocido creole con pacientes nativos y familiares de los estudiantes de la Escuela Latinoamericana de Medicina así lo corroboraba.

Hoy al ver las imágenes terribles de las calles impactadas por el fuerte sismo en Puerto Príncipe y zonas aledañas viene a mi mente el ir y venir de niños, jóvenes y estudiantes con sus uniformes de colores y sus trenzas cargadas de variados colores, unos se acercaban a nosotros en busca de afecto, otros para tener algo quehacer y recibir una retribución a cambio.

El Haití que conocí ha sido gravemente destruido por la naturaleza, esa que no todos están dispuestos a preservar, pero en la mente y el corazón de los haitianos está la ayuda solidaria de los cubanos, por ello no es aislada la frase que pronunciara en un español entendible uno de sus ciudadanos, “Viva Cuba”, “Viva Fidel”, “Gracias Raúl”.

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