Madre mía

Este ramo de rosas blancas es para tí Madre mía, porque se que donde quiera que estes lo recibirás con agrado como muestra del amor que te profesan tus hijos, porque sigues junto a nosotros guiándonos cada minuto de nuestras vidas.

Un día para tristeza de todos tus bellos y acariciadores ojos se cerraron y tus labios balbucearon un apesadumbrado adios, pero a pesar de ello no nos abandonaste, porque esa ternura maternal nos acompaña en los días de pesar inspirándonos a continuar el camino obviando los escollos que este pueda presentar.

Durante toda tu existencia fuiste ejemplo para los que convivían contigo, sacrificaste tus caprichos para ser la madre de tus hermanas y luego la de tus hijos, preocupada siempre por nuestra educación, nos preparaste para enfrentar cada etapa de la vida como sólo tú podías hacerlo.

Por ello y por el perfecto amor que inspiras y a pesar de la distancia llegue a tí Madre mía y a todas las que como tú nos dijeron adios, el sencillo homenaje de tus hijos.