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Mariposa soy

Educación

Y me hice maestra

Y me hice maestra Mi entrevistada pudo ser  Xiomara, Justina, Graciela, Eloina e  Irma, pero no, es Amelia Piloto Calzada ella también al igual que las demás integró en 1961 a sólo dos años del Triunfo de la Revolución el Contingente de intrépidos jóvenes que fueron a los campos de Cuba a llevar la luz de la enseñanza.
“Yo salté las barreras de la intranquilidad  que rodeaba a mi familia en  aquellos primeros años de la Revolución y me incorporé a la Campaña de alfabetización en el poblado de El Almiquí en Amancio y allí recibí el cariño de  6 campesinos  que tenían  ansias de aprender a leer  y a escribir, hoy muchos de ellos han muerto, pero sus hijos y nietos me recuerdan como la maestra de la zona”.
Así me aseveró Amelia ya jubilada después haber transcurrido medio siglo en que cogiera por vez primera una tiza en sus manos.
“Después que concluye la campaña de alfabetización en la Plaza de la Revolución Fidel nos conminó a estudiar y entonces comencé a trabajar en la enseñanza de adultos que fue un seguimiento para que los que ya habían sido alfabetizados obtuvieran el sexto grado y unido a ello seguí preparándome y me hice Maestra Primaria a través de los cursos que el  Ministerio de Educación preparaba para  los  maestros populares, pero todo no terminó ahí actualmente ya no estoy laborando pero exhibo con orgullo mi diploma de  licenciada en Educación Primaria”.
Con la alegría de saber que ha sido útil,  Amelia cuenta su trayectoria como educadora.
“Te digo que los momentos más felices de mi vida yo las pasé como educadora imagínate que estuve en la enseñanza de adultos como te dije, en la primaria, en la sede universitaria, impartí clases  a los alumnos de cultura física y  fui directora de la Escuela Primaria Enrique José Varona durante 30 años, centro Moncadista y destacado en diferentes eventos estudiantiles, lo que me valió la condición de vanguardia nacional de nuestro sindicato”.
Con lágrimas en los ojos por la emoción de estos 50 años esta noble educadora cubana está orgullosa de ser maestra y seguir desde su casa preparando los pinos nuevos.
“Yo me  siento reconfortada cuando voy por las calles y veo a profesionales que un día pasaron por mis aulas y me digo, esos los formé yo, por eso como maestra me he sentido muy bien y ayudo todavía a mis alumnos que vienen a la casa en tareas de Historia o de Educación Laboral y les digo que para ser maestro tienen que estudiar mucho y aprender de los demás, te digo que si volviera a nacer sería nuevamente maestra.

Orgullo de ser Profesora

Orgullo de ser Profesora "Todo hombre al venir a la tierra tiene derecho a  que se le eduque y en pago contribuir a la educación de los demás"... José de la Luz y Caballero.
Para mi fue importante recorrer nuevamente las aulas de la indómita escuela Capitán San Luis, donde hace varios años tuve el privilegio de ocupar uno de sus pupitres durante tres cursos, fue allí donde a los 14 años de edad y por haber sido seleccionada alumna ejemplar recibí la condicción de militante de la Unión de Jóvenes Comunistas, pero esta vez iba en calidad de periodista y en busca de alguien que al decir de la directora sobresalía entre el claustro de profesores; mi entrevistada, la Licenciada Migdalia Iser Baez, profesora general integral.
"Yo comencé a trabajar precisamente un 22 de diciembre de 1982 en la Escuela Secundaria Gerardo Rodriguez Arias como profesora de Biología, llevo 28 años de trabajo frente a alumnos y considero que para lograrlo hay que tener mucho empeño,  interés y por sobre todas las cosas vocación y estuve en ese centro durante 12 años, en ese período llegaron las transformaciones en esa enseñanza y para mí fue un cambio grande pero  como soy osada pasé al área de humanidades con las asignaturas de Español, Literatura e Historia, recuerdo que fueron horas de estudio de noche , de madrugada, pero al final lo logré y aquí estoy".
 ¿Qué ha significado para Migdalia la especialidad de profesora general e integral?
"Ser un profesor general integral me facilitó dominar todas las disciplinas educativas, me implicó más consagración a la profesión y como sabes los estudiantes de este centro provienen de varias zonas del municipio,  son alumnos que tienen diferentes características pero usted tiene que conocer a fondo sus problemas , sus dificultades y sobre esa base trabajar y trazarse  acciones para llevarlo al nivel de aprendizaje que se necesita en estos tiempos".
 Para lograr tus objetivos y ser madre también,¿Como ha sido el apoyo de tu familia?
"Bueno la familia como tu conoces casi todos somos trabajadores de la educación, mi esposo es profesor y mi hija mayor es profesora, quiere decir que todos en cooperación hemos ayudado, cuando yo cocino mi esposo está trabajando y cuando estamos en la casa consultamos y nos preparamos, es decir que ellos han contribuido a que mis resultados como profesora general integral sean reconocidos".
¿En este homenaje a los educadores cubanos, cual es el principal reto para Migdalia?
"Primero el orgullo de ser profesora y por otra parte pienso que nosotros somos soldados de estos tiempos que recibimos una educación y ahora tenemos el reto de preparar al relevo, es muy importante para mí haberme instruído con esta Revolución, apropiarme de esos conocimientos y es muy bonito irradiarlo en los estudiantes y verlos ya formados como doctores, ingenieros y que a cada paso te saluden pués recuerdan siempre a  su profesora de secundaria".

El buen escribir de Lisandra

El buen escribir de Lisandra La euforia inunda cada palmo de la modesta sala. Miriam y Carlos  no
atinan a nada. La llamada telefónica trajo desde la distancia una
alegría que desborda los cauces de la rutina hogareña.
Resulta que la hija del matrimonio, Lisandra Miriam Cutiño Viñales, recibe la máxima
puntuación del Concurso Nacional de Ortografía y se convierte en
campeona de las buenas letras en un evento donde participan
representantes de todas las provincias del país, menos Villa Clara.
Con un brillo inusual en los ojos, Carlos, me comenta que Lisandra estudia
el duodécimo grado en el Instituto Preuniversitario de Ciencias Exactas,
Luís Urquiza Jorge, de la Ciudad de Las Tunas. “es aplicada. Dedica la
mayor parte de su tiempo a la lectura. Lee todo lo que le caiga en las 
manos”
“En sus cuadernos nunca falta el Diccionario como referente y
material de estudio y consulta”. Me dice la madre con un sano orgullo en
sus palabras. “Aunque es joven (próximamente cumplirá los  17 años) es
organizada, respetuosa y muy preocupada por sus resultados académicos”
Me esfuerzo por sacar algunas declaraciones a esta menuda muchacha, de
poco hablar. Los padres atienden en silencio.  Hasta que logro que la
timidez ceda ante el empuje de una andanada de preguntas: “el evento se
realizó en la escuela experimental José Martí,  en  Ciudad de  La
Habana. Primero nos hacían un dictado de 10 oraciones y después 20
palabras contenidas en un software diseñado para esos fines”
“En a penas unos tres minutos ejecuté los ejercicios y cuando el resto de los
estudiantes terminaron, los resultados se mostraron en una pantalla. No
lo podía creer, 100 puntos. Aunque estaba segura de mis habilidades,
nunca pensé ganar el concurso, la alegría fue inmensa”
“Fueron muchas las horas de intensos entrenamientos. Este resultado también es de mi
profesor, Gilberto Guevara. Claro que estoy muy contenta y mucho más por
saberme representante de todos los estudiantes cubanos en el venidero
Concurso Hispanoamericano de Ortografía, que tendrá como sede, el
próximo diciembre, a Montevideo, capital de Uruguay”
“Seguro que seguiré preparándome. Quiero llegar a ser una buena profesional y
corresponder el esfuerzo realizado por mi familia y el Estado cubano en
mi formación académica”
Así, convertida en un manojo de nervios dejo a esta humilde familia amanciera. En mi morral la historia, hasta ahora inédita en estos lares y la impronta de las bondades de un sistema donde impera la verdadera ley  de oportunidades para los seres humanos.

Un día de fiesta

Un día de fiesta Este seis de septiembre no será un lunes cualquiera, las avenidas, calles y escuelas cubanas se vestirán de colores donde primarán por sobre todas las cosas el rojo, azúl y blanco, colores distintivos de nuestra insignia nacional y que están presentes en los uniformes de los estudiantes.

En esa jornada desde bien temprano las luces se encenderán en la mayoría de las viviendas de las familias cubanas pués nadie se quedará un minuto más de lo necesario en la cama para no perder nada de lo que han preparado los maestros y  profesores para recibir a los educandos que continúan sus estudios y por sobre todas las cosas a aquellos que por primera vez recibirán sus lecciones.

Ese será un día de fiesta donde los estudiantes acompañados de sus familiares darán inicio a un nuevo curso escolar donde tienen ante sí nuevos retos, habrá risas, anécdotas de lo ocurrido en las vacaciones, pero también y ustedes coincidirán conmigo habrá alguna que otra lágrima en aquellos pequeñines que agarrados a las manos de sus madres, padres o tutores pretenderán regresar a su casa asustados por este nuevo compromiso.

¿Sucederá esto mismo en todo el mundo?, desgraciadamente no, en gran parte de este planeta habrá escuelas que no abrirán por falta de maestros, habrá niños que pasarán frente a una escuela ignorándola pués tienen que ir a trabajar para poder ayudar a su familia, habrá otros que ni siquiera sabrán que tienen la posibilidad de llegar a ser profesionales o hombres de bien. Pero favorablemente ninguno de ellos es Cubano.

Ya me gradué

Ya me gradué Hoy fue un día de fiesta para los estudiantes de la Enseñanza Media en Amancio y en especial los de la Capitán San Luis, Centro ubicado frente a los estudios de Radio Maboas que festejaron por todo lo alto el fin de curso, entre las jovencitas y jovencitos se encuentra Richar Díaz Dalmau, mi sobrino que ya terminó el noveno grado y ya se apresta a preparar su mochila para en el mes de septiembre ingresar a la Escuela de los Camilitos en la Ciudad Capital de Las Tunas.Estas breves notas se las dedicó en especial a su mamá que está cumpliendo misión médica en la hermana Venezuela.